¡Camina y ora siempre, ora y camina siempre!

… “caminante peregrino”, ¡un clamor asciende desde lo profundo de tu alma!… es un llamado… es claro que no lo puedes ignorar… tampoco lo puedes definir ni explicar… y, mucho menos, reproducir… es una llamado, una vocación que no tiene nombre… se trata de esa «trascendencia» que tanto tienes olvidada… de esa vida esencial cuya puerta está cubierta por las «cuestiones» que te rodean y que pretenden ensordecerte…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, ¡atención!… no estás, ni eres, ni vives en las «cuestiones» que te rodean y asfixian… siempre te has de reconocer más allá de rumores y urgencias, que pretenden acaparar tu atención y tu vida… pero tú ahonda en tu interior, ve a lo más profundo para hallarte en verdad… eso que el «mundo» te dice, eso es precisamente lo que no eres… lo que no puede, en ningún caso, absorber tus horas, tu días…

… descubre tu «ser» profundo, que, tantas veces, no tiene nombre…el nombre que te interesa, es un secreto en Dios y en tu corazón… nada ni nadie te puede apartar del Centro… en esos valles y montañas, en aquél mar sin fronteras, no hay mandones ni reglas… ¿te animas a seguir siempre y sin definición precisa?… ¿te animas a llamar, en verdad, «Padre» a Dios?… no son buenas las «mediaciones» hueras y manoseadas por los decires de los hombres… la «moda» es hablar demasiado… nada de eso, nada de eso… silencio y Paz…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, brilla la Belleza Divina en su llamado esencial… Él te llama, no demores el seguimiento… camina y ora siempre, ora y camina siempre… no te demoren las creaturas que ellas esperan también tu respuesta… no le faltes el respeto a los tuyos quedándote esclavo de las cosas, que son tan solo herramientas… desayuna y matea con la Verdad en el “pan del día”… (Mateo 4,18-22: “… síganme… ”)…