¿Cómo andar sin agua cuando hay tanta sed?

… ¿cómo andar sin agua cuando hay tanta sed?… aún queda el lenguaje de las «lágrimas», que brotan, corren y caen en silencio… pero en un silencio que es siempre nuevo… llora sí tu soledad, ahora mismo se inclina el silencio para cubrir con su manto el dolor de tu vida… la Palabra se ha hecho «sufrimiento», y éste sabe de particular fecundidad… no existen las «respuestas suficientes»… estás confundido cuando buscas soluciones en «extensión», en pura línea horizontal, en el camino de la «cantidad”… las «estructuras» que te agobian y fatigan, el ruido, las distracciones, oprimen en un pequeñísimo lugar… tu error es otorgarles una influencia de la que carecen… porque, en realidad, estás lejos de tantos problemas y te hallas manoteando por estar cerca… ni estas aquí, ni eres «eso»… más bien eres «aquello», más allá, aún más allá de los sueños… ¡si conocieras la gratuidad que te sostiene y sustenta!… la insuficiencia de un afecto no colmado (los seis maridos) y la insufi¬ciente agua (el pozo de Sicar) para calmar una sed insaciada, llevan a pensar en la otra insuficiencia: la de una gratuidad incompleta… la #rosasinporqué desea sed de gratuidad ante tanta agua estancada de mezquindad… ¿pides por agua para saciar no sé qué sed, o pides por sed porque las aguas estancadas te la quitaron?, ¿reconoces y valoras el don de la gratuidad o lo ignoras totalmente?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 4,5-42)…