Amigo y amiga de la rosa, nada satisface tu «deseo»

… amigo y amiga de la rosa, nada satisface tu «deseo»… día a día se apagan las luces, tenías por nuevas y duraderas… cuando esto así acontece es necesario detenerte al menos un instante, escudriñar en tu corazón y abismarte en la quietud pequeña, dar tiempo al respiro y no encerrarte en razonamiento alguno… sólo mirar y embelesarte con lo que aún no ves, sólo gustar lo que ya está llegando… y dejar… continuar el camino con la certeza de que algo nuevo está arribando… ¿es demasiada audacia, exagerado sueño?… ¡ah, el sueño!… estás de camino en luminoso sueño… el sueño se recibe, no se inventa… el sueño llega como el viento, como el soplo que no tiene fronteras… ¡no, no puedes fabricar tu sueño!… te sientes encerrado, constreñido, piensas evasión… para evadirte no corras, no huyas… más bien excava este lugar estrecho que se te ha dado: allí encontrarás a Dios y todo… ¡Dios no flota sobre tu horizonte, duerme en su espesor!… la mentira corre, ¡el amor excava!… si huyas fuera de ti mismo, tu prisión correrá contigo y se estrechará con el viento de tu carrera… si te adentras en ti mismo, ella se ensanchará en paraíso… la “rosa sin porqué” vive en libertad el talento de su hermosura dándose gratuitamente… ¿estás más preocupado por la rendición de cuentas que de disfrutar lo que te han confiado?, ¿huyes y corres para evadirte o excavas dentro tuyo para comprometerte aún más?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 19,1-10)…