… amigo y amiga de la rosa, eres lo que das, lo que ofrendas… ¿pensabas que valías mucho porque habías amontonado mucho?… ¿guardaste un motón pero no compartiste nada?… cuando creas que sólo tú importas y tu tiempo es de oro, oye las dos moneditas que, sin darse importancia, valoran al otro… cuando creas que solo lo hiciste y tuyo es el logro, oye las dos moneditas del que por ti las puso antes y así lo hizo todo… cuando creas que tus bienes te vuelven de más poderoso, oye las dos moneditas del que todo lo puede y te hizo del polvo… cuando creas que es justo que aplaudan lo que has hecho hace poco, oye las dos moneditas taparse una a otra el rubor de sus ojos… cuando creas que solo hay una forma y es hacerlo a tu modo, oye las dos moneditas que solitas caen pero suenan a coro… cuando creas que nadie te escucha y te dejan muy solo, oye las dos moneditas que afinan su oído para oír si cae otro… cuando creas que la cruz es castigo y lo llevas al hombro, oye las dos moneditas del que en la cruz Él se puso y pagó ya por todos… cuando creas que Dios te ha olvidado en medio de los lobos, oye las dos moneditas de tu buen Pastor que, entregando su vida, ha impedido tu robo… cuando creas que tu vida no vale y seguir vivo es de loco, oye las dos moneditas del que empeñó a su Hijo y te entregó a ti su bono… la “rosa sin porqué” se da toda entera, sin guardarse nada, y es lo que la hermosea… ¿contabilizas lo que das y guardas remito de tu entrega?, ¿has experimentado el gozo de darte todo?…