Amigo y amiga de la rosa, eleva los ojos, levanta el corazón

… amigo y amiga de la rosa, eleva los ojos, levanta el corazón… porque es grande la tentación de fijarse en los lados y tornarse curiosamente hacia los sonidos y colores que bordean el camino… y es grande, también, la fuerza que a veces tienen esas figuras indeseables que atraen y pretenden tu atención… el amigo y amiga de la rosa ha de optar decididamente por el «azul del cielo», más allá de los reclamos y de las modas… lo que es, «es», y lo que no es: «no es»… bate alas y vuela más allá, que es, siempre, «más aquí»… poco importan los problemas, los dolores de cabeza y las molestias, cuando la «altura» te redime y abre una perspectiva nueva… es la hora y la hora de la paz aunque parezca que hay guerra… en gran parte, esa paz, depende de ti si sabes encontrar el silencio escondido tras rumores y otras cosas… porque así como el cielo despejado está sobre las nubes, así el silencio y el secreto están presentes en el corazón, en el reino del espíritu, en la realidad profunda… no debes perder el corazón, no te descorazones nunca… la “rosa sin porqué” no pierde el corazón, no se descorazona, sino que permanece hermosa en medio de las tormentas… ¿levantas la cabeza en medio de las dificultades o te encorvan los problemas?, ¿descubres fuentes de expansión en la pruebas y adversidades o cadenas que te limitan?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 21, 20-28)…