Amigo, amiga, de la rosa

… amigo, amiga, de la rosa, siempre de camino algunas espinas pueden herirte, pero nunca detener tu andar… piensas, entonces, si has quedado bien o has quedado mal: vana e inútil cuestión, planteo inservible y curiosidad no extraña… no te quedes plantado en preguntas sin respuestas: ¡tú confías!… cuantas veces sea necesario respeta el secreto, ese secreto que sólo el Padre conoce, y en silencio y en paz sigue adelante… ¡tan cerca está el Señor!, es esto algo que no puedes imaginar… entonces no has de perder tiempo en consideraciones que te lleven a desviarte hacia los lados… el Señor te llama a estar y a servir aquí y ahora, no mañana… ni en un tiempo hipotético que no existe… te llama ya, y ya mismo te otorga su Amor y su Gracia, sin intervenciones fabulosas ni mediaciones caprichosas… no hay instante más propicio que éste, ¡no postergues tu bien!… ¡tu bien es ahora!, es este momento presente, con todo el regalo de Quien ha venido a tu corazón, de Quien nace en tu corazón… las distracciones son muchas y variadas, las ilusiones también… no te detengas, pues, que simple servidor te sabes ante Él y de tus hermanos… ¡qué gozo haber sido llamado a servir!… la “rosa sin porqué” ofrece alegremente y sin quejas su servicio de gratuidad cada mañana… ¿te sabes un simple servidor de tus hermanos u ostentas jinetas y privilegios?, ¿sirves con alegría o de mala gana y quejándote?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 17,7-10)…