Ambición de ostentación ridícula

… ambición de ostentación ridícula de ocupar un sitio predeterminado, pensando que te es debido… y así, ¡cuántas veces te desubicas!… y en vez de ir al último lugar, corres o trepas a los primeros… ¡es que no te dejas mirar, sino que solo te miras!… “… no pudiste escuchar respuesta, ¡y bien poco importaba!, que todo viniste a saberlo ¡cuando el Maestro te miraba!… noche que ya es amanecer, claridades de madrugada que el ojo descubrir no puede y son ya gloria en la esperanza… cuando todo está sosegado y en Su Vida tu vida hallas, ¡qué vanidad ambicionar!, nada ya queda y todo es nada… amén: es oración y es vida… sí: es la música callada… dejar que obre el Señor: son tus obras… lo viste cuando Él te miraba…”… la “rosa sin porqué” no es vanidosa ni ostentosa, su belleza no rivaliza ni compite por un lugar… ¿te sientes desplazado cuando no te tienen en cuenta?, ¿ostentas vanidosamente rangos y jinetas?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 14,1.7-11)…