… agradece a quien te da una mano cuando necesitas ayuda, a quien te da un consejo cuando tienes que tomar una decisión importante, a quien te corrige cuando metes la pata, a quien te acompaña sin invadirte cuando te sientes solo, a quien camina junto a ti en el camino de la vida… agradece a quien te ayuda a ser bueno y generoso, a quien te saca sonrisas, a quien sabe de tus dolores y te consuela, a quien respeta tus silencios, a quien te acerca a Dios… agradece al amigo que te hace disfrutar la vida… la palabra amistad viene del latín (amicus = amigo), y se cree que posiblemente deriva en su origen más remoto de “amore”, amar… no se “tienen” amigos, porque el amigo no es una cosa que se posee… se es amigo, y basta… ser amigo es, en última instancia, amar… un amigo es quien con su presencia, aún lejana, te hace sentir lo linda que es tu vida… no existe amistad sin gratuidad y sin gratitud, no existe amistad sin fiesta, sin alegría… la amistad es un don que se recibe y se acoge, para el que no hay ni puntos de venta ni ventanillas de atención al público… ser amigo es algo que te ocurre, que te pasa, que se da… no lo decides tu, no lo eliges, ¡no se fuerza!… que te nazcan amigos es un don, pero mantenerlos es una tarea… la #rosasinporqué es amiga de las mañanas de primavera y de otoño, nunca condiciona su presencia de gratuidad por el estado del tiempo… ¿sabes agradecer de corazón o solo lo haces como un cumplido?, ¿eres amigo o tienes amigos?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 17,11-19)…