A veces es “en” soledad donde se produce el encuentro

… a veces es “en” soledad donde se produce el encuentro, a veces tienes que “estar” solo y que el silencio venga en tu ayuda… necesitas encontrarte contigo mismo dentro de ti mismo y descubrir que eres “alguien” y no “algo”… necesitas descubrir que existe Otro y otros que estando afuera te habitan… necesitas enmudecer sin quedar mudo, para que suenen dentro de ti voces que, de otro modo, permanecen calladas… es “en” la soledad del trabajo, de la prisa, de la limitación, del cansancio, donde encuentras a Dios y Su gratuidad y, paradójicamente, aprendes a relacionarte con los otros… no tienes que ser perfecto, ni dios, ni máquina, no importa si te equivocas… el reto es aceptar tu limitación como semilla de plenitud, como espacio en el que te comunicas… es tu fragilidad el puente que te permite abrirte a los demás desde la confianza y la aceptación… la gratuidad te fue desnudando de ti mismo, de esos “yoes” ficticios y superpuestos que la vida te ha impuesto… la gratuidad te arrancó la aspereza, entera y dura, que se creía fruta, que tenía la forma de la fruta, pero que era corteza… y ante el asombro vago de tus ojos, surgiste con tus ojos aún velados de tinieblas y asombros… surgiste de ti mismo, de tu misma sombra fecunda, intacto y desgarrado en alma viva… ¡no eres una fantasía, eres realidad bendita!… la #rosasinporqué aprovecha los momentos de soledad para recuperar los deseos de encuentro que la gratuidad sembró en ella… ¿en qué momentos te has sentido en soledad y cómo fecundaste con ellos tu vida?, ¿en qué situaciones has experimentado más soledad y más fragilidad?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 8,19-21)…