… vuelve sobre tus pasos para meditar acerca de tu verdadera vocación, ¡tantas veces escondida por el vértigo de la vida!… vuelve para recordar “aquel día”, aquel “amor primero”, arriba de un monte, en que escuchaste una “voz”, un “llamado”, no estrictamente “a hacer algo”, sino “a estar con Alguien, con alguien, para siempre”… es imposible que tu vida quede atrapada por anillos institucionales y no sea otra cosa que lo que encuadran normas y leyes, o caprichos de los que se tienen por caudillos… en vez de repetir «lugares comunes» es preciso ir más hondo… tu vida y la vocación es esto: «personal» y “trascendente”… la “vocación” supera los márgenes que el mundo y la historia teje… la “vocación” está, siempre, más allá de las determinaciones estructurales, locales o lo que se quiera… es el misterio de la gratuidad que no solamente «labra» sino gesta… tu espíritu es un «fuego descendido» cuya «llama» no conoce techo ni límite… arde de abajo hacia arriba y con él lo que lo sustenta, su base, se levanta y se convierte en himno y vida fecunda hacia las alturas… la #rosasinporqué encuentra su vocación de gratitud en la vocación a la gratuidad, por eso vive humildemente dando gracias por todo a todos… ¿cuál es tu vocación?, ¿perseveras y vuelves al amor primero a pesar de los mil tropiezos y de las mil caídas?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 3,13-19)…