Una cosa es ser pastor

… una cosa es ser pastor y otra cosa es trabajar de pastor… el pastor apacienta, el que trabaja de pastor pastorea… ante el peligro, el pastor da la vida por sus ovejas… ante el peligro, el asalariado huye porque valora más su vida que la vida del rebaño… el lobo pone en peligro la vida de las ovejas porque las arrebata y las dispersa… el buen pastor cuida el rebaño conduciéndolo hacia praderas de pastos abundantes y aguas cristalinas, sale a buscar hasta encontrarlas a las ovejas perdidas y las regresa al redil cargándola sobre sus hombros… dar la vida no es morir, sino desvivirse… el verbo propio del amor es desvivirse… por eso el buen pastor simplemente lo que hace es amar a sus ovejas… si, ¡las ama!… por eso, el buen pastor conoce a cada una de sus ovejas y las llama por su nombre, ellas reconocen su voz y jamás seguirían a un extraño… el buen pastor necesita del cayado para marcar el ritmo del paso del rebaño en el camino, y de la varita para azuzar a las que se desvían o quedan… el buen pastor huele como sus ovejas porque vive con ellas… _no es lo mismo ser pastor que trabajar de pastor, no es lo mismo apacentar que pastorear… si amas, apacienta… la “rosa sin porqué” se sabe apacentada por la gratuidad, por eso no teme cruzar por oscuras quebradas ni al lobo que la acecha… ¿apacientas o pastoreas?, ¿te dejas apacentar o sólo pastorear?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 10,11-18)…