Trae tu dedo

Trae tu dedo
y escarba
hasta encontrar.
Trae tu mano
y acércala
para palpar.

Que si no encuentras,
no te conformarás.
Que si no palpas,
no experimentarás.

¡No te sientas mal, Tomas!
Todos necesitan
escarbar y palpar.

Unos me encuentran
sin buscar.
Otros me encuentran
después de mucho indagar.
Y, a otros,
salgo Yo a buscar.

Pero con todos igual,
aunque no similar,
y siempre si están
unidos en Comunidad.

Mete tus dedos
en las manos taladradas
de ayer y de hoy,
del desamor y de la injusticia,
¡y verás cómo te amo!

Posa tu mano en la herida
del pecho atravesado,
palpa la muerte del corazón,
las heridas que no cicatrizan,
¡y verás cómo te amo!

Tomás,
no tengas miedo
de escarbar y de palpar
en las huellas
de lanzas y clavos.
¡Verás y experimentarás
en el fondo de cada herida
un latido del Resucitado!

(… la #rosasinporque descubre el amor y la vida en cada latido de la gratuidad… con el Evangelio de hoy, San Juan 20,24-29…)