… hay en ti un sentido escondido que gime prisionero debajo de innúmeras servidumbres… hay «algo» que desea espacio, respiro, liberación… ¿qué es?… no fabriques caminos e ideologías, sueños imposibles, ambiciones de todo tipo, que jamás alcanzarán realización alguna y te sujetarán, constantemente, a un incesante vaivén de frustraciones… ese «sentido» que gime prisionero es algo así como la «puerta de tu corazón», de tu vida verdadera, escondida y aún no suficientemente cultivada… es necesario que la gratuidad te seduzca para que comiences un camino que alcance el misterio que no atiendes… es la clave que abre lo que buscas y no puedes encontrar… tu alrededor está lleno de amenazas y de condicionamientos, vindictas, imposiciones y atropellos… ¡hay tantos tiranos y tiranuelos!… ¡cree, amigo y la amiga de la rosa, en la gratuidad!… ¡no tienes que hacer nada: sólo confiar!… la #rosasinporqué confía en la gracia de la gratuidad, y simplemente permanece hermosa en su tallo sin perder la paz… ¿permaneces fielmente enamorado o buscas nuevas emociones que compensen tu desconfianza?, ¿dejas que la gratuidad ennoblezca tus decisiones o todo lo haces bajo el signo de la mezquindad?… (con el Evangelio de hoy, San Juan, 21,19-25)…