Te parece que el horizonte está poblado de nubarrones

… te parece que el horizonte está poblado de nubarrones, ¿temes lo que pueda advenir?, ¿temes quedarte solo?… la excesiva información, el movimiento constante sin paz, te atan y te enlazan sujetándote en las «vueltas» y «revueltas» del camino… la «fantasía» gime volando de un lado para el otro, porque hasta ella misma teje amenazas y diseña peligros… y, sin embargo, el horizonte está despejado… en efecto, está dentro, en tu interior… suponías que tantas cosas acaecían fuera, por allí, sin reparar que lo que acontece está aquí y depende de tu conciencia… ¿ignoras la «fuerza» de la «adhesión» del corazón?… dónate, entrégate, fecunda tu alrededor, el camino a la vida está en la cruz… tras los gemidos, detrás de esas murallas frágiles de papel, sigue sin pausa la melodía que trae el silencio y siembra la paz… ¡espléndido amanecer!… ¡aurora sin par que sólo nace en la soledad de quien se deja sembrar para no quedar solo!… entonces, piensas: “me voy a la soledad”… y te olvidas que a la soledad no se va porque desde el principio estás en ella… la #rosasinporqué ama la soledad porque así se deshace, se desvive, y está gratuitamente con todos… ¿retienes tanto tu vida que eres tristemente infecundo?, ¿te has dejado sembrar?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 12,20-33)…