Si te parece que pierdes

… si te parece que pierdes, apártate de lo que simplemente «parece»… que no te engañe la manifestación sombría de lo que no es… ¿y si se pierde esa joya, o ese cuadro tan bello?… ¡tantas cosas pasaron, fueron y se fueron no sé por cuáles caminos del mundo!… y, sin embargo, brotan de nuevo en fuente purísima, desde el oculto fondo del corazón… no te importe la «derrota», no te juzgues vencido, no es necesario, ni mucho menos, alcanzar determinadas medidas… porque no hay «medidas»… el amor de Dios no tiene «medida»… ¿no te dieron el «premio» que suponías y, tal vez, merecías ayer?… es cosa normal y habitual… ¿quién reconoce esto o aquello?… ¿qué es reconocer?… deja que el arroyo lleve esas hojas que pasan y se van, simplemente deja… suelta, en suma, no aferres y reposa en la Hondura que no se sospecha… “trigo y cizaña han crecido, y aunque parezca descuido hay que dejar a los dos… apurarse, es hacer lío… olvidarse, una ilusión… irritarse, es cosa de niños… esperar, es cosa de Dios…”… la “rosa sin porqué” acepta las espinas sabiendo que nada quitan a su hermosura… ¿aceptas con sabiduría los fracasos o reniegas de todo y sólo te quejas?, ¿acompañas los brotes de trigo en medio de la cizaña o sólo te preocupas de la hierba mala?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 13,24-30)…