Se pretende retener al amor deteniendo al amado

… se pretende retener al amor deteniendo al amado, y es la manera más rápida de perder amor y amado… es que retener es como querer plastificar lo que se recibe de una persona para que no se altere… cuando necesariamente, tanto el que “plastifica” como el que es “plastificado”, cambian siempre en algún aspecto porque la vida y el amo no son estáticos sino dinámicos… retener es como embalsamar lo lindo de una etapa de la vida, sin descubrir la belleza de las otras… así, encontramos madres que embalsaman la niñez de sus hijos… adultos, que embalsaman adolescencias… parejas, que embalsaman noviazgos… cuando en verdad lo único que se ha podido retener es una frágil apariencia, a costa de la misma vida y del mismo amor, que terminan disecados y rígidos… el que retiene no cae en la cuenta -o no quiere- que lo único que logra es mal tener lo que tiene, privándose -y privando a quien retiene- de lo que además podría tener… “no llores más, ¡que la ausencia no es tal!… el Amor está de verdad presente… que tus manos no lo retengan, ¡porque en tu corazón siempre está!…”… la “rosa sin porqué” no retiene la gratuidad porque es parte de ella… ¿lloras ausencias porque aún no has abierto los ojos del corazón y mantienes las manos cerradas?, ¿retienes a los que amas asfixiando al amor?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 20,1-3.11-18)…