… si te parece que pierdes, apártate de lo que simplemente «parece»… que no te engañe la manifestación sombría de lo que no es… ¿y si se te pierde algo que valoras?… ¡tantas cosas pasaron, fueron y se fueron no sabes por cuáles caminos del mundo!… y, sin embargo, si “son” brotan de nuevo en fuente purísima, desde el oculto fondo de tu corazón… no te importe la «derrota», no te juzgues vencido, no es necesario, ni mucho menos, alcanzar determinadas medidas… porque no hay «medidas»… el Amor de Dios no tiene «medida»… ¿no te dieron el «premio» que suponías y, tal vez, merecías ayer?… es cosa normal y habitual… deja que el arroyo lleve esas hojas que pasan y se van… simplemente deja, suelta, en suma, no aferres y reposa en la hondura que no se sospecha… presta atención a lo que ya llevas… quisieras ver más de lo que has visto, quisieras ver más de lo que ves, oír lo que no se oye por esas rutas sin confines… pero todo eso que deseas no se halla donde sospechas… sólo la «gratuidad» te lo entrega en lo escondido de tu corazón… la #rosasinporqué no se da por vencida, y cada madrugada -por la gratuidad- ve todo nuevo… ¿vives derrotado o vencido porque no alcanzas lo que deseas?, ¿has perdido la capacidad de sorprenderte con cada amanecer?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 21,1-14)…