Sueñas, frecuentemente, con lugares y parajes

… sueñas, frecuentemente, con lugares y parajes, más allá de los cercos que parecen envolverte… añoras los mayores espacios, esas dimensiones que continúan, que se van, siempre más allá… ¡ah!, anchura y solemnidad del mar, inacabables llanuras, insospechados cielos, ¿cómo saciar tu corazón?, ¿cómo aceptar, así nomás, esos límites tuyos, que tantas veces te ahogan?… y sin embargo esos ilimitados horizontes, aquellas montañas tan altas, esos caminos que siguen y nunca acaban… ¡son pequeños, muy pequeños, poquísima cosa, frente a las dimensiones del alma y del espíritu, abiertas en tu corazón!… pero das tantas vueltas, ¡que les restas realidad!… la “rosa sin porqué” en su gratuidad es sencilla y solemne: ella misma es camino, verdad y vida… ¿haces de tu caminar tu verdad y tu vida o zigzagueas entre la mentira y la muerte?, ¿sólo aspiras a superar lo limitado que te rodea o deseas escalar lo ilimitado que te desafía?… (con el Evangelio de hoy San Juan 14.6-14)…