Sólo el humilde es sincero en el amor

… sólo el humilde es sincero en el amor y en los sentimientos más delicados que el amar despierta… sólo quien reconoce su pequeñez puede sobreponerse a las ingratas negaciones y a las hirientes distracciones que, por su debilidad y frágil condición, aparecen entre amante y amado… necesita el “amor que permanece” ser más amado aún y ser perdonado de aquellas defecciones… necesita quien quiera “vivir fielmente enamorado” ser restaurado nuevo en su interioridad más profunda… sólo entonces, con esa sana experiencia de fragilidad, se te puede confiar una misión que supera tu capacidad de amor por grande que ésta sea… sólo en el amor que se te tiene puedes “apacentar la vida de los tuyos amados”… porque apacentar es “dar la vida”, es “quitarte la vida”, es “desvivirte” por los demás… este tiempo de Pascua, que ya termina, ha sido para esto: para que el amor en ti tenga esta capacidad de “donación gratuita”… y, tranquilo, que Otro lo hará… la #rosasinporqué se deja preguntar sobre un amor más grande, desde la humildad y la gratuidad acepta amar más… ¿te reconoces frágil y débil a pesar de querer amar mucho y más?, ¿aceptas que te pregunten sobre la calidad de tu amor y de tu entrega?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 21,1.15-19)…