Simbólicamente el “corazón” nos define como personas

… simbólicamente el “corazón” nos define como personas… “de buen corazón”, decimos de alguien bondadoso… “malo de corazón”, de alguien perverso… entonces, “dame Señor, un corazón como el de tu Padre misericordioso, que sepa gastarse y desgastarse y quedar lleno al vaciarse, entregándolo… que sepa ayudar a crecer con libertad interior… que sepa escuchar la decisión del hijo que piensa marchar a “lo mejor”… que sepa dejar partir la herencia sin negar la bendición… que sepa salir cada día, con constancia y paciencia, a esperar la ocasión… que sepa mirar a lo lejos y percibir que, aunque débil, se escucha su canción… que sepa correr a su encuentro y cerrar en abrazo las heridas que abrió… que sepa hacer fiesta de vino bueno y ternero, porque el hijo ha llegado, está vivo y no muerto… que sepa acercar la distancia entre el más grande y el pequeño, recordándole a ambos, que estar en casa es lo ‘nuestro’… que sepa ser para siempre padre, misericordioso y bueno…”… la “rosa sin porqué” tiene el corazón manso y humilde, e invita a ir a ella a descansar gratuitamente… ¿cómo es tu corazón?, ¿dónde descansas los cansancios y los agobios de tu corazón?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 11, 28-30)…