Si puedes esperar y no cansarte de la espera

… si puedes esperar y no cansarte de la espera… o si siendo engañado, no respondes con engaños, o si siendo odiado, no incurres en el odio… y aun así no te las das de bueno ni de sabio… si puedes soñar sin que los sueños te quiten la responsabilidad de lo que tienes entre manos… si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo… si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso, y tratar a esos dos impostores de la misma manera… si puedes soportar oír la verdad que has dicho, tergiversada por villanos, y vuelves a decirla sin gritar ni descalificar a los demás… si puedes ver cómo se destruye todo aquello por lo que has dado la vida, y arremangarte para reconstruirlo con herramientas desgastadas… si puedes perder, y empezar de nuevo desde el principio y nunca decir ni una palabra sobre tu pérdida… si puedes hablar en público y conservar la virtud… o caminar junto a reyes, sin menospreciar por ello a los de tu propia casa… si puedes llenar el implacable minuto, con sesenta segundos de gratitud… entonces, ¡no temas!… tu liberación está cerca… la #rosasinporqué persevera en el bien gracias a la gratuidad, no se altera ni grita ni violenta cuando las cosas le son adversas… ¿cómo te comportas ante la adversidad?, ¿cuál es la fuente de tu paz interior y exterior?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 21,34-36)…