… Señor, eres el Camino que conduce a la intimidad de una relación permanente con tu Padre, eres la Verdad por Quien se comprenden todas las cosas y toda la historia, eres la Vida que vivifica toda otra vida… ¿cómo es posible que aún siga dando vueltas, ansioso y desorientado, indeciso y malhumorado?… aquel viernes, tu vida se veía destruida, pero Tú alcanzabas la plenitud… aparecías clavado como un esclavo, pero llegabas a toda libertad… habías sido reducido al silencio, pero eras la Palabra más grande del amor… la muerte exhibía su victoria, pero la derrotabas para todos… la vida parecía desangrarse contigo, pero la vivificabas con entrega absoluta… morías como un abandonado por el Padre, pero Él te acogía en un abrazo sin distancias… desaparecías para siempre en el sepulcro, pero estrenabas una presencia universal… ¿no es sólo apariencia de fracaso las caídas del que te transita como Camino?… ¿no soy más radicalmente libre cuando me abandono a tu Verdad?… ¿no está más cerca mi plenitud cuando voy siendo despojado de mi vida por tu Vida?… hazme camino para que mis hermanos me pisen y te sigan, hazme verdad para que mis hermanos te encuentren, hazme vida para que mis hermanos te vivan y vivan… la #rosasinporqué al estar sostenida por la gratuidad, se hace camino, verdad y vida… ¿qué caminos transitas, qué verdad abrazas, qué vida vives?, ¿hacia dónde te diriges?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 14,1-12)…