¡Sé un cabeza dura en el tema de la confianza!

… “caminante peregrino”, ¿te animas a confiar a toda costa?… porque el caos que impera en estos días y en estas horas evoca una tempestad en medio del océano… ¿alzaste los muros de tu jardín interior?… parece más fácil que conducir una débil embarcación en el mar agitado… el vacio activismo de nuestro tiempo es más inaceptable, desde luego, que un «mar agitado»… tal vez te convenga dejar que la tormenta pase… ¿pasará la tormenta?…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, lo más terrible es que hay quienes aman esas tormentas… sin darse cuenta que, tarde o temprano, quedarán ahogados en el abismo… quien camina sin rumbo, por el sólo afán de andar, perdido el norte y el sentido, no halla refugio ni puede encontrar nada… sólo tiene ese “ego” enorme que lo aprisiona y lo empuja por aquí o por allá… qué terrible cuando la persona dispersa y confundida pretende justificarse con «misiones» o fundamentos gestados en el engaño o en la mentira…

… ¿quieres huir de los enemigos que «pueblan los aires» y sólo quieren el mundo por ambición y por envidia?… ¡es muy difícil responder con eficacia ante el asalto en la noche oscura!… en el reino de las sombras impera la confusión más extrema… ¡sólo Uno puede salvar!… ahora mismo parece dormir en la barca agitada por el viento… ¡pero no está ausente!… ¡puedes aferrarte a Él!… por la constancia en la confianza salvarás tu vida… ¡no temas!…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, campeas las tormentas aunque se zarandee la barca y haga agua… que éstas cosas han de pasar… no lleves, pues, inquietudes catastróficas a tus hermanos… ¡sé un instrumento de paz entre los tuyos!… no seas agorero de calamidades… ¡sé un cabeza dura en el tema de la confianza!… ¡Él está!… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Lucas 21,10-19: “… gracias a la constancia salvarán sus vidas… ”)…