¡Se ten han acumulado tantas cosas!, ¡y también las hay nuevas!

… ¡se ten han acumulado tantas cosas!, ¡y también las hay nuevas!… esto es lo sientes cuando vuelves tu mirada hacia lo que pasó, hacia lo que pudo pasar y hacia lo que pueda venir también… ¡tantos intentos y, cómo no, tantos logros y fracasos!… pero, semejante conjunto ¿qué significa, qué sentido tiene?… durante mucho tiempo te empeñaste en tal trabajo que, muy luego, debiste dejar… te ilusionaste con emprender varias cosas, algunas resultaron y otras no… ¿entonces?, ¿qué es todo eso?, ¿simplemente «lo que pasó»?, ¿se trata de enormes pilas de ladrillos que yacen ahí nomás, al paso de los caminos?… ¿por qué no construir con esos «disparatados» ladrillos?, ¿no puedes descubrir un sentido unitario y coherente a ese conjunto que parece no lograr ninguna síntesis, así en fracciones o en pedazos separados?… si recibes la luz «unificante» de la gratuidad podrás darle sentido a todo, porque todo ha partido y sigue brotando de tu corazón agradecido… la historia es una, integrada por «armonías», es una sinfonía de singular belleza si aprendes a leer y a enderezar desde la gratuidad… no hay «leyes» asfixiantes que prohíban o impidan el amanecer cada vez más claro de un sentido que brinda la vida misma, única para cada uno… la #rosasinporqué descubre una armonía unificante a partir de la gratuidad, por eso la tristeza no corree su hermosura… ¿dejas que la tristeza te corroa el corazón?, ¿has descubierto el sentido de toda tu vida, de toda tu historia?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 16,20-23ª)…