… se te proponen tantas alternativas… sobre todo, eso de llegar al mayor de los resultados y obtener el mejor premio… ¡está plagado de invidentes guías ciegos!… te hacen juzgar mal y que tengas por derrota lo que, en realidad, es una victoria… no arribarás a satisfacciones, ni a regalos, ni a descansar en esos «resultados» que se te ofrecen por definitivos… las campanas más bellas suenan más lejos o más cerca, pero en claves muy diferentes… una vez más: ¡no estás donde crees estar!… no eres lo que sospechas, ni posees esto o aquello… tu vida es un misterio de gratuidad y el misterio del hombre puede ser tan grande como el Misterio de Dios… deja las pequeñeces más pequeñas, donde gimen las máscaras y seduce no sé qué poder, ¡deja que corran y que chillen!… todo eso no te empeña, ¡nada tienes que ver con ello!… el hombre mediocre pretende satisfacerse jugando a ser «mandón», es trágico y triste…deja y calla en la misma intimidad que te ha sido gratuitamente regalada y cuya luz brilla siempre en lo hondo de tu corazón… la #rosasinporqué no se deja conducir por invidentes guías ciegos, sólo escucha la voz de la gratuidad por eso es tan hermosa… ¿vives dando órdenes a los demás sin hacer nada de lo que dices?, ¿disciernes los consejos que recibes a la luz de la gratuidad?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 23,13-22)…