Se te invita a ser feliz, inmensamente dichoso

… se te invita a ser feliz, inmensamente dichoso… con la gratuidad descubres enseguida el camino: ¡nunca es lejos!… el camino es tu vida, ésta vida cargada de limitaciones y sinsabores… ésta vida que no es ciencia ficción, ni película de Disney… ¿sabías que tus pasos te conducen rápidamente, en la misma medida de tu querer y deseo?… la invitación está abierta, las fuerzas también a tu disposición… siéntate aquí no más, aquí dónde te encuentras… no te arrojes, quédate derecho… y calla… eso mismo, escucha la elocuencia del silencio… respira hondo y goza del silencio que se te brinda y que asciende desde tu interior… no es una ausencia, al contrario, es presencia… el silencio que llevas y que se te dio un día es plenitud… no dejes que nada, ni nadie te perturbe… intenta, una y otra vez, callar voces y fantasmas… pero tampoco te quedes en ello, avanza como sumergiéndote en donde no sabes… ahora escucha, ese silencio, que parece vacío y nada, es, de alguna manera, ocasión y lugar… es pleno… el Señor te ha llevado al silencio para hablar a tu corazón… ¿qué te dice?… ¡que te ama con locura!… ¿algo más?… la #rosasinporqué escucha todos los días la voz que la ama gratuitamente y es inmensamente feliz, aunque esté rodeada de espinas… ¿esperas un momento ideal y un lugar utópico para ser feliz y te alejas de la realidad y de la felicidad auténtica?, ¿haces felices a quienes viven y trabajan contigo?… (con el Evangelio de hoy, san Mateo 4,25 – 5,12)…