Se ha perdido, atrofiado, reducido, desfigurado, el sentido de lo valioso

… se ha perdido, atrofiado, reducido, desfigurado, el sentido de lo valioso… tesoro, ¿qué tesoro?… perla, ¿qué perla?… ¿los buscas?, ¿los deseas?… ¿más allá de esas sierras?, ¿más allá de ese mar?, ¿más allá de lo que alcanzan a ver tus ojos y anhela tu corazón?… la gratuidad te abre un horizonte, ¡vaya!, del que hablas y del cual no puedes hablar, porque está siempre «más allá»… más allá de lo que sea, más hondo que todo y que todos… cuanto más amplio es el «respiro» menos se lo puede «notar»… los que ambicionan mandar, o cualquier cosa, quedan sin “más allá”… es decir, debajo o más abajo, siempre fracasados y derrotados en cualquier intento de salir o de «figurar»… cuando las horas se velan en oración también el ánimo se esconde, invitándote a descubrir aquél “tesoro” en el campo lejano… tesoro que no tiene lugar propio… en suma, tesoro en la noche inaudita de los enamorados y soñadores… un ligero soplo de aire puro agita un tanto las flores siempre nuevas de tu jardín… tu respiro nunca se detiene, tu «respiro» de un aire que es siempre más, que recibes y que das sin saber, espirando en plegaria, en el mismo campo del corazón de Dios… más allá, o más aquí, «vives de verdad sin vivir en ti»… por eso, «mueres porque no mueres»… ¿lo recuerdas?… la #rosasinporqué vive sin vivir en ella, y en tal alta vida espera que se deshoja gratuitamente como tesoro y perla para quien la busca y encuentra… ¿eres un soñador enamorado en busca de tesoros y perlas en noches de luna llena?, ¿sabes valorar el tesoro escondido descubierto y la perla más fina encontrada?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 13,44-46)