SAMIRA, MI “SECRETARIA”

 


 

  • “… parreee… ¿te puedo yudar?…”…

 

  • “… ¡por supuesto que sí, pequeña!… pero esperá un poquito porque ahora estoy confesando a los chicos, ¿sí?…”…

 

  • “… no, parre… yo te quiero yudar ahora…”…

 

  • “… ¿y cómo lo vas a hacer, linda?…”…

 

  • “…. yo voy ser tu secretaría… cuando los chicos salen de confesarse yo les doy el chupetín o los caramelos… ¿puedo, parreee?… daleee…”….

 

  • “… bueno, ¡vení!… ¡tomá mi bolsita mágica!…”….

 

Le di la bolsita en la que llevo siempre golosinas y Samira, de apenas 5 añitos, se sentó a unos metros del Confesionario. Fue en “María Bístrica” de Vucetich, José C. Paz, el pasado viernes 24 de julio. Su mamá, Irma, responsable del Grupo “Amiguitos de Jesús”, estaba coordinando mientras tanto la salida de los pequeños a una Granja educativa al día siguiente. Y Samirita se tomó en serio el ser “secretaria”:

 

  • “… tomá, a vos te toca un chupetín verde… pórtate bien y hace caso a tu mamá porque eso pone muy contento a Diosito… ¿de acuerdo?…”…

 

  • “… para vos tres caramelos y un chupetín… acordate de no decir palabras feas porque a Jesusito no le gusta… ¡andá!…”…

 

  • “… ¿a vos tu papá te pega o te grita?… vení y contale al parre… él te escucha y te ayuda… nadie te tiene que pegar ni gritar, ¿escuchaste?…”…

 

Tuve que parar de confesar porque Samira me sorprendió. No solo me ayudaba y se divertía ella y hacía reír a los chicos, sino que además daba buenos consejos.

 

  • “… ¿tu papá y tu mamá se pelean?… eso es muy feo y hace llorar a los nenes… toma dos chupetines y rezarle a la Virgencita por tus papás…”…

 

Después de 45 minutos se acercó Irma, la mamá, y se la llevó porque tenían que regresar a su casa. Hoy sábado 1, hace un rato, a las 17hs me la encuentro jugando con su hermano Alex en las hamacas, junto a las vías muertas.

 

  • “… ¡parreee!…. no te olvides que mañana es mi cumpleaños… jajaja…”…

 

  • “… ey, ¿qué hacen por acá?… uy, Samira, ¡ya me había olvidado!…”…

 

  • “… para que no te olvides te invito a mi cumpleaños… dale, ¿vas a veni, parree?…”…

 

  • “… me gustaría, pero…”…

 

  • “… ah, ¡ya sé!… ¡tené las Misas!, ¿no?… y no lo tené que dejar a Diosito…”…

 

  • “… es así, Samira… pero, mirá, tomá, ya empezamos a festejar tu cumple…”…

 

Yo ya había bajado de la bicicleta y, abriendo la mochila, le di seis Bon o Bon:

 

  • “… ¿te gustan?… uno por cada añito de vida, ¿sí?… y, ¿qué querés de regalo para mañana?…”…

 

  • “… traeme, parree, una mochila de Barbie porque la mía ya se rompió…”…

 

La mamá, que recién llegaba, escuchó el pedido de su hijita y se puso roja de vergüenza y Samira, muy tranquila y suelta, se puso a bailar y a cantar como si nada. Ventaja de ser la “secretaria” del padre.