¡Cuando toda contrariedad deviene oportunidad!

… “caminante peregrino”, tus jornadas te deparan innumerables sorpresas… sorpresas que no quisieras de ninguna manera y contradicciones que te dejan perplejo… no aguardabas tal o cual respuesta… te parece imposible éste o aquél fracaso… pero ahí está no sé cuál adversidad que se apodera de tus horas y te deja en un insospechado silencio…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, una vez más percibes el Misterio que te enseña que la vida no se agota en tus medidas ni en tus ilusiones… otra vez el desengaño actúa como lanzamiento para una búsqueda nueva… aunque tenga la tonalidad de siempre, es un empujón que te abre a la esperanza… no es el camino así, ni éste, ni aquél… simplemente todo es mayor y no abarcas nada… o esas medidas que trazas o imaginas son muy pequeñas…

… ¿debes andar con los ojos cerrados?… no, pero sí andar «abandonado» y desprendido de las promesas y premios del mundo, que nunca son lo que ayer ilusionabas… limpidez y transparencia en la Presencia de Dios… sin fatiga sigue los senderos que te llevan a lo alto, aunque parezca que no llegas o que no te sirven ya… todo sirve y es útil según la fidelidad y adhesión de ese tu corazón que no dejará de latir… toda contrariedad deviene oportunidad junto a tu Señor…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, te estableces con fidelidad enamorada junto a tu Señor amado… sin importante las consecuencias de juicios injustos, de interpretaciones malintencionadas, de intereses malvados… tu adhesión de fe es inquebrantable por pura gracia de Quien te ama y sostiene… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Mateo 14,1-12: “… había hecho arrestar, encadenar y encarcelar a Juan… ”)…