Has salido y sales de cualquier lado

… has salido y sales de cualquier lado… pero tus pasos te llevan a «otra parte» que era, y que es, más que un “lugar”… saliste, pues, de “donde” estabas… al parecer «salir» comporta partir hacia “afuera”, pero aquí se trata de partir hacia «adentro»… este “salir hacia adentro” es propio del mundo angélico… un «adentro» que es mayor que cualquier espacio, porque ayer saliste hacia otro lugar y hoy sales de donde sea para adentrarte en el corazón… ayer partiste hacia afuera, hoy partes hacia adentro… camino que supera toda imagen, camino admirable y único, que es profundidad y no se percibe desde afuera, que es silencio, que es soledad… ¿una nueva montaña a escalar?… sólo un pequeño instante y apenas una mirada… lo que parece lejano es, con frecuencia, lo más inmediato… cuando no pienses estarás más allá, ¡cuánto aspiras y suspiras por superar las fronteras!, ¡cuánto ahogo en estos ámbitos estrechos, aquí y allá!… aprende, en cambio, a contemplar en la rosa el cielo, en el instante la eternidad… la “rosa sin porqué” sale hacia adentro cada mañana y regala su interioridad que es gratuidad… ¿tus salidas son meramente exteriores, hacia afuera, para quedarte en las cosas?, ¿cuidas y cultivas tu adentro?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 1,47-51)…