Quizá te quedas encerrado algunas veces, sin posibilidad de tomar aires nuevos, sin derroteros o sendas para andar

… quizá te quedas encerrado algunas veces, sin posibilidad de tomar aires nuevos, sin derroteros o sendas para andar… esto puede ser muy frecuente en las horas que no dejan respiro o que repiten las mismas «melodías» o vuelcan las copias de dichos pasados en la frialdad de un papel muerto… pero la realidad no es esto que lees con tus sentidos quizá turbados… no, no es lo que estás viendo o padeciendo ahora, porque lo real siempre está escondido y respira muy hondo donde no aciertas a imaginar y mucho menos a encerrar… miras para un lado o para otro y nada distingues y hasta puedes quedar sumergido en algún sueño… pero, es preciso que descubras lo real más allá de cualquier desengaño o desesperación o desilusión… porque esto que te aprisiona, esto que te limita no es tu camino ni «el» camino… nada ni nadie te detiene… en un sólo instante, en menos de un instante, por la mano que te toma gratuitamente, desinteresadamente, descubres lo real y desvelas el corazón más allá de las fronteras repetidoras y asfixiantes… te descubres amado, amada… la #rosasinporqué siempre descubre el amanecer del verdadero amor, la gratuidad no la deja prisionera de nadie ni de nada… ¿te dejas tocar por el amor?, ¿vives encerrado, limitado, encorsetado, en frivolidades y banalidades?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 5,21-43)…