… quisieras una seguridad más grande, pero no hay mayor firmeza ni seguridad de la que tienes… sí, de la que tienes ahora mismo… no vaciles pues en tu corazón… la gratuidad te seduce cada vez más… clamor secreto y escondido, alegría muy grande cuando sabes descubrir cuál es tu destino, tu vocación, tu vida toda en Quien es puro Don… la grandeza y la gloria no está, ni estará nunca en que «hagas» cosas, sino en que las realices desde la gratuidad… descubre esta única realidad… unidad inefable que todo lo trasciende y lo transforma… el sol en tu corazón resplandece en un nuevo amanecer, que no debe su existencia a proyectos o decisiones humanas… es que te lleva la gratuidad por el camino cotidiano y descubres en su silencio e inabarcabilidad los horizontes más insospechados… porque, en efecto, no puedes, nunca podrás, afirmarte consistentemente en la arena… ¡saltarán por los aires las torpezas!… la #rosasinporqué está firmemente arraigada a la gratuidad, por eso nada ni nadie la saca de la alegría y de la paz… ¿edificas tu vida sobre la solidez de la gratuidad o sobre la inconsistencia de la mezquindad?, ¿buscas la gratuidad como un decorado para tu vida o como el cimiento de tu existencia?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 7,21.24-27)