… ¿es posible expresar lo inexpresable?, ¿es tan luminoso lo que no sabes?… en la noche, ¡tantas veces!, hallas la luz… esa misma que quisieras descubrir más allá de las fronteras… luz que no ha de apagarse, sino que cada vez se enciende más… ¡cada vez más!… no hay escuelas ni cursos para la gratuidad, tan solo acogerla… aquí y aquí está… es la vida, el espíritu que guarda el secreto que recibe y que tiene infinito valor en la apertura del corazón… ¡el don que se recibe inmerecidamente!… ¿se puede añadir algo más?… cuanto menos sabes, más aprende tu corazón… paradoja muy simple, desde luego, pero incomparable consuelo y alegría cuando se disipan las nieblas y se levanta la aurora, con el perfume sin par de la primera aurora, antes del amanecer… ¿qué es esta «aurora»?… ¡una concepción inefable!… se llama gratuidad, se llama María… la #rosasinporqué es concebida en la gratuidad, por eso es tan es hermosa cuando florece y regala a todos su abanico de pétalos y fragancia… ¿sabías que toda vida humana es sagrada e inviolable desde su concepción hasta su muerte natural?, ¿respetas y valoras la vida de los demás como concebidas gratuitamente?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 1,26-38)…