… ¿quién responde?, ¿hay alguien que responda?… hay horas de soledad y de abandono que no aciertas a explicar… hay “noches” que se suceden en los días de la incertidumbre y de la pena… los pastores cuidaban sus rebaños en medio de la noche, ¿qué quiere decir «en medio de la noche»?… ¡tantas veces apelas a la «noche»!, a esa noche y a su incertidumbre… a veces, los ángeles no llegan… o no llegan a tiempo… ¿puede ser así?, ¿o cometes un serio error poniendo en duda la celeridad de tus amados ángeles?… el «desgarro» aumenta y el dolor también… pero no aciertas a verlo todo, a descubrir todo y más que todo, en la Madre que tiene a su Hijo en sus entrañas… ¡sencillísima y fecunda respuesta!… la misma Noche Buena será la respuesta cuando acontezca en tu corazón… ¡amigo, amiga, de poca fe!, ¿por qué dudas?… este Niño puede más que toda la historia, que toda «tu» historia… ¡por favor, no temas!… ¡anímate y eleva y repite tu plegaria!… ¿dudas de Dios?… allí, en la lejanía más cercana, en lo que parece más lejano está lo inmediato, tu Madre te vuelve a decir, como a San Juan Diego, «no se entristezca tu corazón, ¿acaso no estoy yo aquí que soy tu Madre?»… la #rosasinporqué acepta la silenciosa respuesta de la gratuidad, y no duda de ser amada descomunalmente… ¿aceptas el camino de fe sin exigir compensaciones y pruebas?, ¿piensas que la fe puede subsistir sin la confianza de saberte siempre amado?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 1,39-48)…