… tu deseo es ir más rápido… ¿adónde?, ¿tan «rápido»?… supones que es cuestión de añadir, una cosa sobre otra… ganar más, hacer más, lograr más… necesitas esas «manifestaciones», siempre exteriores a ti, que te den, que te proporcionen una certeza que tu corazón no alcanza y se fatiga por conquistar… no aspires a ninguna calificación, ni a ninguna definición… tampoco te esfuerces por adquirir ahora la categoría que sea… simplemente acepta la gratuidad y vive… el secreto está allí: en arrojarse y vivir… vive sin la definición… ¿quieres orar?… pues, ora y no esperes resultados… ¿quieres ser poeta?… canta sin aguardar los ecos, porque si cantas pensando en ellos jamás abrirás la boca… ¿y si sufres?… ¿cómo se sufre?, pues deja que Dios te levante y te oculte… y participa, viviendo en «abandono», el gran secreto de la salvación y de la elevación… la #rosasinporqué vive hondo en su interior, es decir, simplemente, vive y confía y no exige certificados de garantía… ¿eres tan inseguro que necesitas permanentemente certificados de garantías?, ¿exiges pruebas de amor porque no confías?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 5,17-26)…