¿Qué encuentras?

… ¿qué encuentras inesperadamente sin buscar?,
¿qué buscas con empeño y logras encontrar?;
¿qué fortuna te sorprende y acompaña
si no sabes valorar y apreciar?,
¿qué esfuerzo y sacrificio se justifican
si no te juegas en todo, todo, hasta el final?…

… ¿cómo haces para valorar lo valioso?,
¿cómo haces para apreciar lo precioso?;
¿existen tesoros junto a no-tesoros?,
¿hay una perla más fina entre no-finas?;
¿qué herramienta mide lo que vale
y qué instrumento detecta lo valioso?…

… ¿será acaso la alegría incontenida
y la voluntad decidida de darlo todo?…

… porque hay muchas alegrías egoístas,
y mil maneras de ser narcisista generoso…

… alegrías egoístas, narcisista generoso,
cargando muchos beneficios,
viviendo rodeado de prestigio,
empeñando el poder clientelado,
acumulando los regalos de la suerte,
construyendo el propio yo negociado…

… alegrías que refrescan por la sonrisa del otro,
danzando una existencia libre de prejuicios,
admirando todos los milagros,
siendo una dicha para los demás,
marchando al banco de los últimos,
regalando todo sin balanzas ni contratos…

… una es la alegría codiciada, pasajera, que llevas;
y otra es la alegría regalada, eterna, que te lleva…

“… ‘el Reino de los Cielos se parece
a un tesoro escondido en un campo;
un hombre lo encuentra,
lo vuelve a esconder,
y lleno de alegría,
vende todo lo que posee
y compra el campo’…”
(Mateo 13,44)

(… la “rosa sin por qué” valora cada detalle, cada palabra, cada gesto, porque todo lo vive desde la gratuidad… con el Evangelio de ayer, San Mateo 13,44-52..)