… ¿puedes superar tus propios lazos?, ¿puedes ir más allá de tus pecados y ataduras y reencontrar la paz?… ¡sí, es posible!… todo es posible a la buena voluntad y a la rectitud de la intención, a la sinceridad del corazón, llamado a la paz… cuando parece desencadenarse la furia de los lugares inferiores, cuando la venganza y el odio cubren todo de rencores inconfesables, cuando se olvida la vocación al perdón… entonces quedas perplejo ante las derrotas y víctima de la desesperanza… y, sin embargo, hay un camino, ¡un pequeño camino!, es verdad que estrecho, que todo lo abre y todo lo brinda… claro que es un camino que te lleva a «otro lugar»… camino de desapego y de renuncia, tal vez, que comporta ese «desasimiento» que devuelve la verdadera libertad a quien quiere vivir dando gracias y le descubre una suerte de identidad nueva no prevista ni soñada… el ignorante nunca queda conforme y sigue consultando y preguntando detrás de las paredes… tú, que sabes que no sabes nada, ¡levántate! y a otra cosa… Él, la Gratuidad en persona, te llama… la #rosasinporqué no da vueltas cuando la gratuidad la llama, nunca es mezquina en las respuestas… ¿aceptas el llamado de la gratuidad que te recrea?, ¿qué llevas en tu equipaje que pesa tanto cuando en realidad no necesitas nada?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 2,13-17)…