… es probable que, por diversos motivos, te detengas en recuerdos o planteos acerca de lo que quizá debiste hacer ayer o de lo que conviene hoy para cubrir errores pasados… se trata aquí de una trampa nada pequeña, tal vez del enemigo, tal vez de tu porfía o inseguridad, tal vez de nostalgia o de melancolía, según los temperamentos… aleja y abandona estos pensamientos que no te entregan lo que realmente constituye tu deseo profundo, tu mejor intención de ayer y de hoy, sino que te obliga a descarrilar y a apartarte del camino del corazón… la obra escondida, por llamarla así, no se manifiesta hacia afuera, sino que está celada hasta la hora oportuna que no siempre llega cuando supones… caminar por el desierto requiere un tiempo, y ese período te parece infecundo y equivocado en tantas ocasiones… no desperdicies la herencia que se te ha confiado en el jardín del corazón… tu herencia es algo que no se posee, sino algo que se da: la gratuidad… llevas tu tesoro y su secreto en un recipiente de barro… la #rosasinporqué no presume de su belleza ni pretende puesto alguno, la gratuidad la mantiene humilde… ¿codicias la herencia de otros sin valorar la tuya?, ¿manipulas inescrupulosamente las circunstancias para que la suerte te sea favorable?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 21,33-46)…