¿Por qué, Señor?

… “¿Por qué, Señor?… si un Dios necesitado me descoloca, si un Dios que pide ayuda no me convence, si un Dios que pregunta qué piensa la gente me parece poco serio… aunque, un Dios que comparte la vida, que se sienta a la mesa, que come y ríe, me conmueve… pero un Dios que llora, que sufre y que habla de muerte, me escandaliza… recorrí caminos inaccesibles buscándote y Tú me encontraste a mi… surqué mares oscuros y atravesé tormentas para estar Contigo y estabas a mi lado… no te asustó mi terquedad y mi prepotencia, no le diste importancia a mis flaquezas… me diste el gusto caminando Tu sobre las aguas y me sostuviste con tu mano amiga cuando yo intenté la necedad de la inconsistencia… me llamaste feliz porque Tu Padre puso en mí palabras que ignoraba, y me recordaste que no soy nada cuando interpreto las cosas a la manera humana… me llamaste ‘roca’ para cimentar sobre mi entrega a tu familia, y me confiaste las llaves del encuentro, de la unidad y de la reconciliación… ¿por qué, Señor?”… “no hay razones, Simón, sólo vi tu barro y tu corazón, y ¡te amé!”… la #rosasinporqué no tiene razones que expliquen su belleza, sólo la gratuidad… ¿cómo explicas tu fe católica?, ¿por qué permaneces en la Iglesia?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 16,13-19)…