Perdonar no es justo, es misericordioso

… perdonar no es justo, es misericordioso… perdonar con el corazón es dar lo que se recibió en misericordia, es soltar las amarras de un rencor que está en la borda, es sazonar con la sal del perdón no con la hiel de la discordia… perdonar con el corazón es dejar de alimentar el recuerdo que te devora, es no prestarte al tentador que tu paz se roba, es someterte a la justicia mayor de una cruz que se enarbola… perdonar con el corazón es sosegar una pasión que al despertar se vuelve loca, es elegir una razón amiga a mil razones que a tu alma dejan sola, es ponerte las gafas de lejos cuando todas las demás te quedan cortas… perdonar con el corazón es contener las aguas de una herida que crece y te desborda, es dar alivio a una fiebre que sube y no se corta, es encontrar camino en un monte que te pierde y aprisiona… perdonar con el corazón es olvidar dónde quedaron las cuentas más deudoras, es no perder la riqueza del don que atesoras, es recordar las tantas veces en que ti -y en lo mismo- se equivoca… perdonar con el corazón es tender puentes donde otros tiran bombas, es poner un gesto nuevo y no la hipócrita crema que revoca, es romper el eco a la violencia derribando los muros en que choca… perdonar con el corazón es alabar a Dios que a las puertas de su casa se coloca y de un solo pródigo que asome con su inmensa alegría de Padre la alborota… la “rosa sin porqué” es parábola de perdón incansable en quien la dona… ¿reconoces que la mera justicia es la mayor injusticia?, ¿perdonas como eres perdonado?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 18,21 – 19,1)…