Para que exista reconciliación

… para que exista reconciliación, tuvo que haber existido antes una amistad que se rompió, una relación que se dañó, una convivencia que se desgastó… y tiene que nacer en el corazón de la partes, víctima o victimario, victimario o víctima, el ánimo, las ganas y la voluntad de restaurar lo valioso perdido… si de ambas partes existe esta disposición, surgirá en algún momento un abrazo… si sólo una de las partes dejó que su corazón renaciera, y la otra no, habrá un puente tendido, una mano abierta, o una mirada atenta… si te pavoneas de tu comunión con Dios y desprecias la relación con tus hermanos, algo no anda bien… si pones los medios para mejorar en tu relación con Dios, pero no haces lo mismo para con tus hermanos, algo no funciona correctamente… si eres un artista en la relación con los demás, pero desprecias la relación con Dios, todavía no entendiste nada… tal vez te preguntes, ¿qué es primero?… no, no… es lo mismo visto desde distintas orillas… es siempre el corazón y su capacidad de amistad, de amor, de perdón, es decir de reconciliación… la #rosasinporqué corre a reconciliarse con los demás, nunca deja de tender puentes… ¿buscas la reconciliación con los demás o no te interesa?, ¿dejas tu ofrenda ante el altar y vas primero a abrazar al hermano?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 5, 20-26)…