No simplemente “seguir viviendo”

… no simplemente “seguir viviendo”, sino “viviendo” seguir… cruzar una puerta, experimentar el calor de cosas vividas y otras por vivir, dejar atrás el frío de una vida que se daba por muerta, por vencida, por terminada… la puerta se propone como un nuevo parto y, atravesarla, es dejarse parir… dejar que las entrañas de misericordia del corazón de alguien, den a luz… al cruzar la puerta, ¡alguien que espere!, ¡unos brazos que abracen!, ¡unos labios que besen!… y así al que estaba muerto, recuperarlo vivo… entonces, ¿la puerta es un milagro o el milagro es la puerta?… la “rosa sin porqué” es una puerta abierta hacia la gratuidad… ¿entras por la puerta del corazón en los que amas o los avasallas y los atropellas?, ¿te das tiempo para valorar las puertas que a diario cruzas o eres de los que saltan por encima de ellas?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 10,1-10)…