No se cansan los zorzales de cantarle a la vida

… no se cansan los zorzales de cantarle a la vida, ni se cansa el sol de desperezarse tan temprano acariciando con su melena los primeros cantos… no se cansa el enamorado de decir “te amo”, ni el pobre en extender la mano… ¡no es rutina!, no… es la fidelidad de las pequeñas cosas que evita el caos… es la constancia en los procesos desde adentro, y no los eventos esporádicos de la cáscara, del afuera, de la pantalla… “el que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho”… Señor, sólo al percibirte sin razones, puedo regalarme sin razones… sólo al encontrarte en el fondo de la nada, puedo darme por nada… sólo al unificarme en tu silencio, puedo entregarme en silencio… sólo al reposar en tu misterio, puedo ser fiel en cada intento… fideliza en fidelidad las pequeñas cosas de tu vida, querido amigo y querida amiga… que una mirada, una caricia, una palmada, un abrazo, ¡bastan!… ¡nada es poco cuando amas!, ¡todo es poco porque amas!… la #rosasinporqué vive la fidelidad enamorada en los pequeños detalles del día, la gratuidad la inmuniza de la rutina… ¿eres fiel en las pequeñas cosas?, ¿vives en fidelidad enamorada?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 16,9-15)…