No me digas que eres el Dios cercano, ¡acércate!

… no me digas que eres el Dios cercano, ¡acércate!… no me digas que me amas, ¡acércate y ámame!… no me digas que te escuche, ¡acércate y hazte palabra!… ¡no me digas que te mire, ¡acércate y hazte carne!… no me digas que te imite, ¡acércate y achícate!… no me digas que te siga, ¡acércate y enséñame a caminar!… no me digas que te descubra en la oración, ¡acércate y silénciame!… no me digas que te encuentre en mis hermanos, ¡acércate y libérame de mí!… no me digas que trabaje por la paz, ¡acércate y pacifícame!… no me digas que me perdonas, ¡acércate y abrázame!… no me digas que sea feliz, ¡acércate que lo seré!… amiga y amigo de la rosa, es mi deseo que esta Navidad que hemos celebrado hayas dejado que Dios-con-nosotros se haya acercado a tu corazón y a tu familia… que este último día del año, aurora del nuevo, siga siendo tu ininterrumpida acción de gracias… la “rosa sin porqué es agradecida al terminar el año… ¿has dejado que Dios y los tuyos se acercaran a tu vida?, ¿con quién vas a estar a la medianoche?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 1,1-18)…