Necesitas, en la vida, algunas seguridades

… necesitas, en la vida, algunas seguridades, y aspiras a unas condiciones de vida dignas… es legítimo progresar y mejorar, hasta poder darte algunos gustos… pero, hay una línea que separa la necesidad verdadera de la ansiedad impuesta, la seguridad del exceso y la prudencia del abuso… aparece la tentación de tener más, acumular, acaparar, parece que no basta nunca con lo que has conseguido… todo te resulta insuficiente, la aspiración a acumular riquezas, bienes, relaciones o experiencias, se convierte en voracidad… dejas de ser dueño para ser esclavo, los bienes dejan de servir para aquello que necesitabas y se convierten en tu cadena… la vida va girando en torno a ellos y, poco a poco, el miedo a perder puede más que la gratitud ante lo que tienes… la avaricia es una especie de idolatría… lo que hace más ruido es lo menos real, las cosas mayores existen en el silencio donde se descubre el mejor sentido que poseen, y se conservan en la gratuidad que es lo único que no corroe… no puedes ser mezquino y decir que vives de la gratuidad… la #rosasinporqué es fiel en las pequeñas cosas de cada jornada y, así, la gratuidad la prepara para cualquier circunstancia… ¿eres honesto para evitar multas o eres íntegro sin pesar las consecuencias?, ¿idolatras el tener y el dinero?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 16,1-13)…