Si mucho te detienes en contemplar los lados del camino o te desvías por esos andurriales

… si mucho te detienes en contemplar los lados del camino o te desvías por esos andurriales… si tus días quedan absorbidos por «preocupaciones» paralelas… si pretendes quedarte en los «niveles» periféricos de la mezquindad… así poco lograrás y no llegarás a descubrir el campo y el tesoro en él escondido… no son los cálculos o los «conceptos» los que te darán lo que buscas… tu corazón se abre hacia otros derroteros que no sospechas y que serán siempre una dichosa sorpresa… ¡la gratuidad viene de lo alto!… no se trata de una deducción ni de una noticia «científica» garantizada por nada… ¡la gratuidad es dada, es don!… es el «fuego» que enciende la mecha de la lámpara… “la lámpara de bronce es tu cuerpo, el aceite: tu alma… pero sin el fuego que enciende la mecha quedas a merced de la sombra” (dicho así en el antiguo Egipto)… es bueno recordarlo, para volver al corazón, para descubrir que tu vida viene de lo alto y a lo alto regresa a cada instante, cuando te abres al don… vuelve a la trascendencia: ¡la vida está allí!, la vida es misterio y nada tiene de cálculo caprichoso… ¡torna a la Fuente, a la alabanza y no temas!… la #rosasinporqué recibe la gratuidad de lo alto y hacia lo alto se vuelve ofreciéndose en flor… ¿reconoces el don o todo para ti es adquisición?, ¿a quién le elevas tu incesante acción de gracias?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 11,25-27)…