… ojos cerrados que dialogan en silencio,
amor muy grande, ¡el más grande!,
ojos que superan el tiempo y la muerte,
que ven muy lejos y bien adentro,
ojos que no necesitan respuestas
porque la unión es tan íntima
que son uno en todo momento,
ojos cerrados que dialogan en silencio…
… dame, Señora de la Piedad,
que estuviste y estás de pie
junto a la Cruz de Tu Hijo,
junto a mi cruz, indigno,
esa mirada tuya
que no invade, ni juzga, ni condena,
sino que acaricia con ternura
los infinitos dolores, ´
de la vida en familia…
… mírame, Señora,
así Él me mirará…
“… ‘mujer:
¡aquí tienes a tu hijo!’…” (Juan 19,26c)
(… la “rosa sin por qué” contempla el cuadro de la Piedad y descubre la ternura de la gratuidad… “Piedad”, pintado por Oleg Supereco (2008), óleo sobre lienzo…)