Más allá de las murallas que te circundan, más allá de razones y de ilusiones

… más allá de las murallas que te circundan, más allá de razones y de ilusiones, más allá de lo que parece… sí, mucho más allá está tu hogar real… no son los sonidos ni los temores que te circundan, no son las sombras que viajan, ni los agüeros que se formulan… no, tu casa, tu morada está más allá y no se distingue con los sentidos ni las luminarias materiales… ¡vives y vivimos “en la gratuidad” que no se reduce a ninguna «cosa», que no queda atrapada en las prisiones de la falsedad!… porque lo que así no más se ve es por lo general falso, porque es mentira lo que se hace y lo que se pretende… ¿dónde te hallas y quien eres?… no, desde luego, los fantasmas ni las fantasías que te venden por ahí… ya no habitas en verdad donde se sospecha… vayas donde vayas, te lleven donde te lleven, habitas un trozo de cielo, que es tu morada… ya no eres de aquí, ni de allá, porque Aquél que te ama ha venido a esta pequeña morada, donde naciste y donde en verdad eres por la gratuidad… déjate llevar en las alas de la gratuidad, y ama… la #rosasinporqué no está dónde la ves, por la gratuidad siempre está más allá y más acá… ¿te dejas llevar por la gratuidad y vuelas, o te arrastras por la mezquindad?, ¿disfrutas contemplar hondamente o sólo miras sin ver?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 20,1-8)…