¡La calidad del perdón calibra el corazón!

… “caminante peregrino”, no, no te apresures a despedirte de los pasos de Dios… de la «Historia de Dios en tu vida»… lo que te parece definitivo y sin vuelta atrás, en los planes de Dios puede que no lo sea… porque cada acontecimiento es una noticia de su Presencia… y en cada acontecimiento vas descubriendo un rostro nuevo, insospechado, de Su Misericordia…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, en aquellos instantes de derrota o de fracaso… en esas instancias donde todo está perdido… puede ser que no entiendas bien qué es la transformación de todo… pero: puerta para algo mayor es siempre el instante… el presente… que deja una faz nueva… que deja una marca, un sello admirable… «sufrir pasa, haber sufrido no pasa jamás» (Bloy y Berdiaeff)…

… ten sumo respeto y delicadeza por el momento presente y verás cómo todo perdura en una dimensión mayor… cómo nada se pierde en el nivel más alto… cómo toda tu vida respira ya el aire de la Eternidad… confía pues en este presente ofrecido y bendice… el perdón transforma el pecado y Dios te eleva en su misericordia… las montañas son pequeñas, el mar inmenso tiene fin y se acaba, la llanura termina en alguna frontera… tu corazón, en cambio, no tiene confines: perdona y ama siempre…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, te elevas al Corazón de tu Señor amado… cuando no quieres ser perdonado es que no te interesa la ofensa que causaste o el daño que provocaste… cuando no perdonas de corazón es que la vida de quién te ha ofendido no te interesa para nada… la calidad del perdón calibra tu corazón… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Mateo 18,21 – 19,1: “… si no perdonan de corazón… ”)…