… ir hacia un lugar, o hacia una persona, es lo mismo que partir… y esto es, ante todo, salir de ti mismo, romper la coraza del egoísmo que intenta aprisionarte en tu propio yo… para partir debes ser atraído por alguien o por algo, que justifique la salida, el éxodo… es dejar de dar vueltas alrededor de ti mismo, como si fueras el centro del mundo y de la vida… partir es no dejarte encerrar en el círculo de los problemas del pequeño mundo al que perteneces, cualquiera que sea su importancia… los otros son más importantes, porque son tus amores, y es a ellos a quienes debes servir… partir no es devorar kilómetros, atravesar los mares o alcanzar velocidades supersónicas… partir es ante todo abrirte a ellos, descubrirse mutuamente, buscar los encuentros… partir es tener el aire de un buen caminante que ha sido atraído por una meta, por una cima, ¡nada impide que sigas adelante!… la #rosasinporqué todos los días sale de sí misma atraída por la gratuidad, y así encuentra lo que la sacia y calma su sed de entrega… ¿sales de ti mismo o vives girando alrededor de tu ombligo?, ¿qué cosas, qué personas, te atraen?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 6, 44-51)…